miércoles, 20 de diciembre de 2017

Nuestras reflexiones en el 'Día internacional de las personas migrantes'

A esta conmemoración del Día internacional de las personas migrantes fuimos invitad@s en nuestra calidad de colectivo mapuche. La migración no es una condición con la que seamos recurrentemente reconocid@s, pero nuestro Pueblo también posee una historia al respecto. 

Stefanie P. Pailahual, de la Coordinación de Apoyo al Pueblo Mapuche (Trawunche-Madrid). Texto para la jornada "Encuentro fraternal en el día de las personas migrantes", celebrado con otros colectivos en La Morada (Madrid), el 19 de diciembre. Foto realizada por la Comunidad de Historia Mapuche, en Foro “Racismo, organización y migración mapuche en Santiago. siglo XX y XXI

Somos indígenas que por diversos motivos hoy regresamos al corazón del ex imperio en busca de oportunidades laborales, académicas, de vida, entre otras aspiraciones que, a pesar de lo que nos pueden entregar, no evitan que añoremos con nostalgia nuestro Wallmapu, tanto por su belleza y la composición de los elementos que le dan sentido al ser mapuche, como en lo que también nos duele y nos conmueve día a día: la violencia y la postergación de la que es objeto nuestro Pueblo. Hace dos días atrás se celebraron las elecciones presidenciales de Chile, saliendo electo Sebastián Piñera, un neoliberal que en su campaña indicó que la solución del conflicto intercultural en el Wallmapu pasaba por la represión y el combate del terrorismo. Las políticas que se nos vienen en su gobierno se avizoran violentas. Piñera sostiene el mismo perfil que Mauricio Macri en Argentina, y ya hemos sido testigo de su actuar contra el Pueblo Mapuche a ese lado de la cordillera azotado por la violencia de las multinacionales y del gobierno argentino -los que cobraron la vida del peñi Santiago Maldonado y de nuestro lamgnen, Rafael Nahuel. Sabemos que nos enfrentaremos a un duro periodo de 4 años en los que nuestras aspiraciones en recuperación de tierras, reconocimiento constitucional y las otras tantas demandas tendrán un dura oposición con el sector de la derecha gobernando, y esperemos que no signifique el aumento de la criminalización hacia los sectores que hoy estamos movilizados por los derechos de nuestro Pueblo.

Volviendo al eje de la migración –que nos convoca en La Morada- creemos que este proceso de desplazamiento es un fenómeno que nos cruza a todos los indígenas; fuimos despojados en todo el Abya Yala de nuestro territorio originario, primero por el imperio español y luego por las doctrinas del progreso y la modernidad levantadas por los estados nacionales que nos redujeron aún más. Hoy la tercera invasión es del capital y está siendo muy cruel con las comunidades indígenas que se mantienen resistiendo. El que hoy estemos habitando la warria (como l@s mapuche le llamamos a la ciudad) no es un proceso migratorio opcional. El 90% de nuestras tierras originarias en ngulapu fueron arrebatadas por el estado chileno y el otro 5% se perdió en el proceso de colonización y postguerra que sufrió nuestro Pueblo.
En torno a la migración contaremos, de manera general, la historia de nuestras abuelas y abuelos quienes debieron abandonar sus lof, comunidades, sus reducciones para ir a la ciudad. El desplazamiento mapuche en Chile hizo que nuestras kuku, nuestras chuchuy nuestros cheche y nuestros laku vieran como alternativa de sobrevivencia a Santiago. Sin tierra, sin recursos, con una derrota y con la invasión que dañó profundamente a la sociedad mapuche. Luego, humillad@s por esta nueva sociedad a la que fueron obligad@s a adaptarse; solo les quedó "integrarse" como mano de obra barata. Nuestras lamgnen se fueron a trabajar como sirvientas domesticas a las casas del barrio alto de la capital chilena a servir a la aristocracia chilena, extendiendo muchas veces su residencia en Santiago hasta volverse mayores empujadas por la necesidad de entregar dinero a sus hij@s l@s cuales quedaban al cuidado de su familia en el sur. Por su parte los wentru derivaron a trabajar como obreros de construcción y otras labores de fuerza, así como también se convirtieron en panaderos por su habilidad en este rubro. Nuestras mujeres y hombres mapuche en su proceso de migración dejaron muchas veces sus energías y vidas en Santiago, warria mew en pos de la subsistencia personal y familiar. Es la historia de una generación empobrecida y despreciada culturalmente, que en muchos casos optó por abandonar sus costumbres empujada por la discriminación local y motivad@s por no legar a sus hij@s el "lastre" de ser indi@s en la ciudad de aspiraciones y sueños blancos.

Yo provengo de esa historia del colonialismo chileno, soy producto de la migración de mi cheche (abuelo materno) desde su territorio de Ñankül (en Villarrica) en el cual sirvió como criado, desde los 6 años de edad, a múltiples colonos a los cuales fue asignada parte del territorio mapuche. Fue “alquilado” como empleado a alemanes, polacos y españoles. Su niñez se remitió a ser empleado y al cumplir la mayoría de edad volvió nuevamente a migrar esta vez a la capital de La Araucanía donde se asentó definitivamente. Su vida transcurrió en Temuco donde se dedicó a ganarse la vida para alimentar a sus 6 hijos. Víctima del proceso colonizador optó por no tener contacto con la cultura mapuche la cual hoy mira con distancia y por consecuencia la cosmovisión originaria no fue trasmitida a la generación de mi madre. Yo soy una Mapuche con un vacío cultural generacional enorme, de una vida hecha en la warria, lejos de las comunidades tratando de parchar los abismos culturales a los que nos sometió el estado y que aún no salda con nuestro Pueblo.

Mi caso es el de much@s mapuche y hoy la población indígena en Chile habita mayoritariamente en las ciudades producto de la migración. No es La Araucanía quien ostenta el mayor porcentaje de mapuche en Chile, es su propia capital, Santiago, donde habita gran parte del Pueblo Mapuche.

No puedo dejar de mencionar a la tercera diáspora mapuche, la migración producto del exilio de la dictadura de Pinochet. Muchos lamgnen que se habían sumado a la reforma agraria y otros que solo por el hecho de ser Mapuche fueron atropellad@s, como tantas veces en la historia, esta vez por el genocida Pinochet y sus compinches que mataron y desaparecieron a más de 117 de nuestr@s herman@s. Otr@s escaparon a Europa y hoy -ell@s y sus hij@s- se siguen identificando como mapuche y adhieren a la lucha que como Pueblo seguimos sosteniendo. En su mayoría se levantan en activismo desde el norte de Europa donde fueron acogid@s en momentos de la Historia donde los sistemas para Refugiad@s polític@s funcionaban mejor que hoy en día.

Esta es la historia de migración de nuestro Pueblo. Un Pueblo que no migra solo por mejores oportunidades; somos gente a la cual fue arrebatada la tierra, en el mejor caso arrastrado a reducciones, hace un par de generaciones atrás. Y much@s han tenido que hacer su vida, dislocadamente, en las ciudades.

La reparación por parte del estado chileno ante esta y otras problemáticas, se percibe lejana. Más aún la vía de resolución política en clave de negociación intercultural, justamente pensando en el gobierno que asumirá el derechista Sebastián Piñera, se ve inviable. Esto nos deja en un posición en la que tendremos que levantar una resistencia más dura, asumir una vez más una movilización de mayores esfuerzos donde sabemos -porque está plasmado en el programa de gobierno de quien salió electo este domingo- que su respuesta será la represión y la militarización. Con esto no quiero salvar de culpas a la centroizquierda chilena, que mucho daño también nos ha hecho.

Solicito a ustedes solidaridad, como lo han venido haciendo, y es que la situación seguramente irá agudizándose y la difusión desde el extranjero sumado a la presión internacional es importante para nosotr@s. Se lo agradecemos desde ya, challtumay lamgnen, challtumay kom pu che.